El sujeto esta dividido en dos partes, por un lado la conciencia y por el otro lado lo inconciente. Pero lo inconciente resulta un misterio para la conciencia, salvo en determinadas ocasiones como por ejemplo en los sueños. Lo sueños comunican algo del inconciente a la conciencia...
No hay tiempo, hay que cumplir los sueños. Y la pregunta del millón es ¿Qué hacemos con nuestros sueños?
Nos olvidamos, ignoramos nuestros sueños, como si lo que soñáramos lo soñara otro. Algunos sueños nos dan miedo ¿por qué? Porque son deseos que vienen de un lugar muy profundo, desconocido, casi oculto para nosotros. Y sin embargo esos sueños hablan de nosotros más que nosotros mismos. Nada define mejor a una persona que aquello con lo que sueña.
Esos sueños no tienen fecha de vencimiento, uno sueña, sueña, sueña hasta que ese sueño se hace realidad. Pero ¿Qué es sueño? ¿Qué es realidad? ¿Por qué llamamos sueños a nuestros deseos? ¿Por qué? Porque en los sueños todo es posible.
Cuesta entenderlo, uno en los sueños puede hacer lo que desea…
Hay que encontrarle la vuelta, siempre hay una manera, estamos hechos de la misma tela que los sueños. Podemos hacer de nuestra realidad lo que soñamos. La realidad y los sueños son la misma cosa
Podemos cambiar, hacer y ser lo que queramos. Y entender esto es tener medio partido ganado. Claro, es fácil entenderlo cuando te ronda la muerte, porque yo estoy viva hoy y mañana no sé, y pasado que se yo…
Sueños de amor, sueños de gloria, pequeños y grandes sueños, todo se puede alcanzar, solo se trata de encontrarle la vuelta y recordar que la vida es un rato que tenemos para jugar, un rato para cumplir nuestros sueños, un rato antes de que se termine el juego.
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